L'analisi del Clarìn su Vaticalia


LA ALIANZA CONSERVADORA ENTRE EL PAPA Y SILVIO BERLUSCONI
Benedicto XVI, fiel a la vocación del Vaticano de interferir en los asuntos italianos
El reciente debate sobre la eutanasia dejó en claro la injerencia de la Iglesia en la política del país.
(di Julio Algañaraz, Clarìn, Argentina - 16/02/2009)

Un mexicano que recordara el dicho célebre del general Obregón, lo adaptaría así: "Pobre Italia, tan lejos de Dios y tan cerca del Vaticano". Han pasado dos mil años desde que Cristo se le apareció a Simón de Galilea y le dijo que, con el nombre de Pedro, sería la piedra miliar fundadora de la Iglesia. La única institución que ha sabido sobrevivir y prosperar durante tanto tiempo en este mundo incalificable, sostiene, como es lógico, que no es del todo humana pero sí es seguramente romana. Italia es la patria concreta de la historia del catolicismo. Sus Papas universales la han gobernado en buena parte durante siglos, han matado mucha gente cuando creían que no había otro remedio y nunca han dejado de meterse en la vida del país considerándose por encima de sus leyes si hace falta. Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger -que está por cumplir en abril 82 años de edad y cuatro de pontificado-, no es una excepción a la regla. Al contrario, convencido de que así debe ser gracias a su coherente intransigencia religiosa tradicionalista, desde que llegó ha acentuado la vocación de la injerencia que los laicos le reprochan.

La piedra del escándalo de la creciente presencia sofocante del Vaticano en la vida de los italianos ha sido el caso de Eluana Englaro, la ragazza que quedó en estado vegetativo por un accidente de tránsito y pasó 17 años en coma. Sus padres hicieron una larga batalla para interrumpir la alimentación artificial y dejarla morir en paz.

Pero en los tiempos del Papa Ratzinger esto es imposible, aunque la justicia italiana, con un fallo final de la Corte de Casación, haya sentenciado que debía aplicarse la voluntad de los padres y concluir con el ensañamiento terapéutico. Varios altos personajes del Vaticano y la Iglesia italiana, que debía obedecer, dijeron que por encima de las leyes está el derecho natural y que la vida "no es un bien disponible".

Sobre Peppino Englaro, el padre de Eluana, el Vaticano desató una feroz campaña acusándolo directamente de asesino por boca de varios cardenales. El premier Silvio Berlusconi participó activamente de la carrera contra el tiempo apareado al Vaticano, que el diario español El País calificó de "vergonzosa". Cuando Eluana murió, las acusaciones se hicieron más intensas.

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, también fue indirectamente acusado de asesinato por los políticos conservadores del gobierno.

El Vaticano y la Iglesia italiana, que siempre se opusieron a aprobar una ley de Testamento Biológico, encontraron en esta batalla -que ha lacerado profundamente a Italia, dividiendo el país en dos entre católicos obedientes y laicos indignados- la oportunidad para promover una ley que en realidad sirva para poner restricciones al por mayor hasta esterilizar sus efectos. Alimentos y agua no podrán ser suprimidos, la voluntad sobre el fin de la vida deberá ser registrada por un escribano con la contrafirma de un médico, que tendrá que renovarla cada tres años.

Este fin de semana comenzaron las inevitables protestas de algunos sectores laicos. El senador del Partido Democrático de la oposición de centroizquierda, Ignacio Marino, un médico, reclamó prepararse a la batalla. "Si el proyecto de ley (que comenzaría a discutirse a principios de marzo en el Parlamento) sale como está proyectado, tendremos que organizar un referendum popular para su abrogación", dijo.

Marino prometió a los políticos conservadores y al Vaticano "un brusco despertar" en nombre de los derechos civiles italianos.

Para el neurólogo de Eluana, Carlo Alberti Defanti, la ley es un gran paso atrás. "Creo -dijo Defanti - que sería preferible que no haya ninguna ley".

La agitación que va ganando el campo político tiene un escenario dramático, el del partido Democrático. Fundado hace menos de dos años como confluencia de los ex comunistas moderados y de un sector de los democristianos, los enfrentamientos debido a la injerencia del Vaticano y al llamado "proyecto cultural" que elaboró el cardenal Camillo Ruini, ex vicario del Papa en Roma, están llevando a enfrentamientos que podrían desembocar en una ruptura. "Si seguimos así, vamos a la escisión", proclamó el líder del ex partido católico La Margarita, Francesco Rutelli.

Rutelli fue el "capo" de los radicales y era un verdadero "comecuras". Hasta que dio una gigantesca voltereta y es hoy un católico de estrecha observancia, jefe de la minoría cristiana del partido Democrático.

En el medio se encuentra la figura patética de Walter Veltroni a quien Berlusconi humilló en las elecciones de mayo de 2007. Veltroni imaginó la alianza de ex comunistas y ex democristianos, que hoy está sucumbiendo por las peleas irremediables en los temas de moral. Massimo D'Alema y Pierluigi Bersani encabezan una fronda para echar al fracasado Veltroni. Para el Papa esta es la batalla de la ética y contra el relativismo moral que está ahogando a Occidente e Italia es el único escenario concreto en el que puede poner en práctica sus rígidas convicciones gracias a un aliado como Silvio Berlusconi.

No Vat, Roma 15/02/2009

Carnevale laico e San Valentino anticonformista. Migliaia di persone a Roma per rivendicare autodeterminazione e diritti
«Fuori il Vaticano dallo Stato e dai letti»
Per la quarta volta sfilano i No Vat

Un po' carnevalone anticlericale, un po' san valentino anticonformista, un po' pride e un po' corteo. Irriverente, ironico, rumoroso, determinato, pungente. Per la quarta volta il coordinamento Facciamo Breccia è riuscito a dare forme alle istanze della laicità e ai desideri di libertà con un corteo di migliaia di persone giunte da tutta Italia che è sciamato fino a Campo de' fiori, attorno alla statua di Giordano Bruno, simbolo dell'irriducibilità all'oscurantismo.

Lo hanno chiamato No Vat con evidente contaminazione con altre resistenze. Un cupolone sbarrato, nelle bandiere bianche, lo slogan "Più autodeterminazione, meno Vaticano". In piattaforma: l'abolizione del concordato e dell'ora di religione, la piena cittadinanza e uno stato sociale per tutti.

Quanti saranno stati? Il colpo d'occhio era quello di Via Cavour piena dal curvone dove c'è il metro fino ai Fori Imperiali. Il corteo era fittissimo, l'età media notevolmente abbassata dai giovanissimi come Sveva: bionda parruccata, il manto azzurro e la tunica candida, Sveva sembra proprio una madonna ma un cartello sul grembo avverte "Se mi stai vedendo vuol dire che hai assunto delle droghe".

Intanto il corteo passa sotto il Campidoglio e coi fischi ricorda ad Alemanno il carattere antifascista di questo movimentarsi: essere antifascisti vuol dire battersi contro razzismo, sessismo, omofobia, ricorda la speaker dal camioncino di testa. «Una manifestazione quanto mai necessaria - spiega Graziella Bertozzo, veneta ma bolognese di adozione e animatrice di Azione Gay lesbica - è stata fondamentale l'esperienza dei social forum per farci capire che il Vaticano è una multinazionale che vende un modello di comportamento funzionale al neoliberismo». Si interrompe un attimo perché c'è da riparare l'aureola a una manifestante, poi riprende: «Con la repressione e la normazione dei corpi ci vuole far tornare ai corpi di genere, a una famiglia custode dell'egoismo sociale. Per il neoliberismo che abbatte ogni forma di welfare è un'esigenza fondamentale avere le donne a casa a procreare e cucinare per l'uomo cacciatore».

Lo sfondo in cui si muove la manifestazione è quello di una Roma blindata per il G7 e di una società invasa dal Vaticano. Qualche cartello lo definisce una "Guantanamo mentale". «Non vogliamo parlare di religione ma di politica - chiarisce Elena Biagini, fiorentina trapiantata a Roma, anche lei di Facciamo Breccia - la Chiesa è un potere reale che nessuno sceglie. Non è solo una questione di ingerenza, è una vera alleanza tra poteri». Così si finisce a discutere dei paradossi: i credenti sono sempre meno ma i partiti sono sempre più genuflessi; la famiglia etero e cattolica è una minoranza; il mondo Glbtqi conquista visibilità in alcuni campi (dallo spettacolo al cinema alla moda) ma crescono omofobia e transfobia. Dice ancora Biagini: «Ne mandi uno all'Isola dei famosi e mille al Cpt».

Una voce al microfono scandisce le connessioni tra gli anatemi di un papato integralista, le ordinanze dei sindaci sceriffi sui corpi, sulle vite e sulla morte e gli attacchi alla scuola e alla sanità pubbliche. «E tutte le richieste sui diritti civili e umani sono ormai fuori dall'agenda politica istituzionale - ricorda Federica Pezzoli, del coordinamento trans Sylvia Rivera - si negano le cure ai migranti, si schedano i senzacasa, si archiviano le proposte di cambio del nome e del sesso sui documenti anche senza intervento agli organi genitali primari e la Chiesa continua a negare la libertà di scelta e la depenalizzazione dell'omosessualità».

«Berlusconi, come Bush, ha in corso un tentativo di stato etico - annota Giovanni Russo Spena, di Rifondazione comunista - per imporre il disciplinamento sociale». Il Prc è presente con uno striscione e molte bandiere mescolate al corteo. Alla partenza passa Paolo Ferrero, segretario nazionale, a segnalare l'internità alla battaglia per la laicità dello Stato. Presenti anche Sinistra critica, il Pcl con Marco Ferrando, i Cobas con Piero Bernocchi ma l'ossatura dello sfilamento è data dalla miriade di collettivi e associazioni del mondo gay, lesbo e trans con i radicali dell'associazione Coscioni, le donne dell'Onda anomala e gli atei dell'Uaar.

«I temi di oggi saranno centrali nella prossima fase - commenta Flavia D'Angeli di Sc - perché le destre risponderanno alla difficoltà di governare la crisi del capitalismo assumendo un volto integralista». Rispetto a quattro anni fa, «quando c'era l'euforia della prima volta, oggi ci sentiamo meno isolati - dice a Liberazione, Porpora Marcasciano, anima del Mit, il movimento italiano transessuale - ieri ci chiedevano attenzione verso gli equilibri politici, oggi lo scenario è cambiato, sentiamo che c'è un'esigenza di riconoscerci sia a sinistra, sia nel movimento Glbtq».

Note di colore: studenti con il copricapo da suora, un sansebastiano "eretico erotico" che sfila legato a un palo, suoni di cornamusa atea, samba pink, canzoni di Rettore, Raffaella Carrà, Bertè e altre icone gay, il gonfalone del comune di Sodoma e lo striscione del movimento raeliano (credono ai marziani ma sono atei). L'unico pacchetto sicurezza ammesso è quello che contiene profilattici contro infezioni e nascite irresponsabili. A un certo punto si sparge la voce che la polizia vorrebbe sequestrare una caricatura di Ratzinger "nazi". La issano i ragazzi di Mega (Movimento emergente giovani anticlericali) autori di una rivista online e di letture pubbliche, che sfileranno in pace fino alla fine.

(di Checchino Antonini, Liberazione, 15/02/2009)

La castità dei monaci buddhisti

(by Francesco)



Qualcuno si è mai chiesto la ragione della castità praticata dai monaci buddhisti?

C'è infatti chi si domanda: "che c'è di male nella sessualità, se praticata tra persone consenzienti e senza ledere terzi?".

Niente, da un punto di vista "mondano". E qui sta il nocciolo della questione. Per capire come mai la sessualità viene proibita ai monaci bisogna andare alle radici culturali del "buddhismo", al contesto storico in cui nacque.

Userò due chiavi di lettura per interpretare la questione, una potremmo dire "marxistoide", perché addita la struttura economica come causa sostanziale dei fenomeni sociali, l'altra "spiritualoide", che guarda alla tensione umana universale verso la trascendenza, e in un certo senso prescinde dalla composizione economico-sociale.

Il contesto da prendere in esame è quello dell'India settentrionale di 2500 anni fa. Quel contesto era del tutto diverso da quello indiano attuale, e molto simile a quello della Grecia classica. Una moltitudine di piccoli regni e repubbliche relativamente autonomi, di impronta agricola, ma che stavano rapidamente trasformandosi in realtà urbane commerciali. Piccole città-stato molto simili a quelle greche. E come in Grecia, anche nell'India del nord, la trasformazione da un'economia agricola a una mercantile stava provocando grandi sommovimenti sociali, grandi inquietudini, che accompagnavano il sorgere di una classe sociale media, in un certo senso paragonabile alla piccola borghesia europea nata con la riforma protestante. Questa classe media si sosteneva principalmente coi commerci.

La realtà rurale arcaica dell'India era quindi in crisi. Con essa, cominciarono a venir messe in discussione anche la religione tradizionale, e la rigida struttura sociale, improntata sulla famiglia patriarcale e le caste. Così, in quegli anni, come in Grecia nascevano le scuole filosofiche, e singoli maestri contornati da discepoli si interrogavano sui principi primi che regolavano la natura, anche in India gruppi sempre più numerosi di persone si ritiravano dalla società, inquieti delle sue regole e polemici verso la ritualità fossilizzata della religione arcaica, e cominciavano a far vita nomade, con lo scopo di trovare il senso della vita (detto in termini moderni).

Il segno visibile esteriore che comunicava il loro status di persone usicte volontariamente dalla società era il fatto di radersi barba e capelli, e di vestirsi di un saio di color zafferano. La loro scelta era una rinuncia sociale, in primo luogo. Sceglievano di boicottare la società arcaica e formalistica, di lasciare le caste di appartenenza, di non lavorare, vivendo di elemosina.

Praticavano la castità, perché boicottare il matrimonio, pilastro della società, era uno strumento formidabile di rottura con l'ordine costituito. Fin qui la spiegazione marxistoide, cmq utile fino a questo punto.

Questi personaggi che rinunciavano alla vita sociale per andare alla radice del senso della vita furono chiamati "rinuncianti", asceti... "Samana" era il termine sanscrito. La veste giallo-zafferano e la testa rasata venivano subito identificati nella società indiana d'allora come i segni di un samana (anche se alcuni samana a posto di radersi si lasciavano crescere i capelli all'infinito, ammassandoli poi in quelle trecce che oggi vengono chiamate dreadlocks, o rasta... ma lo scopo era lo stesso: identificare il soggetto come "ribelle", "asceta", "deviante"). Un ribelle, uno che non condivideva la società così com'era impostata, e che quindi se ne "tirava fuori", rinunciando a ogni possesso e status sociale, per la propria ricerca spirituale.

Tuttavia i samana erano generalmente ben tollerati, e anzi - e questa è una caratteristica tipica dell'animo indiano, sopravvisuta fino ad ora - chi lasciava tutto alla ricerca della verità, chi rinunciava, era ammirato e rispettato. La letteratura antica indiana è piena di aneddoti in cui il re si reca dal maestro samana per interrogarlo su questioni filosofiche. Non è il samana che va a corte, è il re che va a inchinarsi al rinunciante.

E qui si rende necessario il criterio spiritualoide. L'economia non basta. La visione spirituale di base dell'India di allora era che la natura è un immenso gioco cosmico che noi percepiamo in maniera distorta, come un effetto ottico. E' un'enorme illusione sensoriale, un gigantesco miraggio, chiamato "Maya", che intrappola dentro di sé, come una gigantesca matrice, gli esseri viventi, umani e non, e li tiene catturati dentro di se tramite l'illusione sensoriale, tramite il farsi percepire come "realtà".

Gli esseri, ingannati dai loro sensi, non riescono a percepire la vera natura dell'universo in cui vivono, ossia la sua natura di "miraggio", illusione, inconsistenza, guizzo impermanente d'energia fluida, ma lo percepiscono come reale e solida la matrice, e così, illudendosi e ingannandosi, continuano a girare all'infinità in questa matrice condizionata, vita dopo vita.

La morte fa perdere il corpo degli esseri, ma la loro coscienza sopravvive al corpo, e spinta dal desiderio di possedere la realtà naturale che gli appare come solida e reale, continua nell'illusione, riprendendo pertanto, in modo inconsapevole, un altro corpo, e continuando a girare su se stessa all'interno della matrice, come in un sogno, come sotto ipnosi, vita dopo vita, schiava inconsapevole della matrice.

Questa matrice naturale fatta di miraggio che cattura nascondendo ai sensi degli esseri la sua natura illusoria e facendosi percepire reale, e li tiene in sé, vita dopo vita, all'infinito, sottoponendoli a sofferenza e piacere, senza fine, senza speranza, veniva detta "Samsara".

Tutti i movimenti spirituali che stavano opponendosi al potere sociale della vecchia religione arcaica, dominata dal ritualismo dei sacerdoti e dai sacrifici animali, attingono a questa nozione indiana di samsara.
Questa nozione è però molto più antica della religione tradizionale, e probabilmente deriva dalle popolazioni indigene preariane che abitavano l'India quando essa fu invasa dagli indeuropei, che scendevano dalle pianure dell'Asia centrale e dell'Europa dell'est. Gli ariani portarono giù nelle giungle indiane le loro idee religiose di sacrificio, ritualità, culto del fuoco e del vento, e tanti altri elementi che sono simili alle religioni dei primi popoli europei. Arrivati in India, trovarono però un vasto "serbatoio" locale di idee religiose, praticate dai popoli indigeni indiani, e ne assorbirono una parte.

Questo "serbatoio" religioso locale indigeno restò però sempre sotterraneo durante la "colonizzazione" ariana dell'India, nella forma dello yoga. Ed era proprio a questo patrimonio culturale che andavano attingendo ora i samana, i rivoluzionari non-violenti che si ritiravano dalla società in disgregazione.

La concezione di Maya, matrice naturale del Samsara, il ciclo infinito di nascita-morte-rinascita da cui evadere per cercare la liberazione del proprio principio vitale, per accedere a un livello di realtà trascendente, assoluto, non condizionato, privo di dolore e di morte e di rinascita... questa concezione spirituale ancestrale che i samana stavano recuperando in polemica con la società e la religione rurale tradizionale è tutto materiale culturale preariano, è il sapere indigeno degli sciamani yoga, così simile infatti alle nozioni di tutti i popoli indigeni del mondo.

Ora, capito questo, viene forse più facile capire come mai i samana, e il Buddha in particolare (che era un samana), consideravano più utile per il loro ordine di samana asceti il divieto di praticare la sessualità.

Ricapitolando, la visione dei samana era questa:
  • lo scopo della vita è evadere dalla matrice naturale del samsara, perché in esso non c'è speranza di sottrarsi alla sofferenza prodotta da continue morti e rinascite;
  • il mezzo tramite cui la natura, Maya, tiene intrappolati tutti gli esseri nel samsara, è il "miraggio" sensoriale, ovvero l'offuscamento mentale derivante da una percezione sensoriale non limpida, e che non rivela quindi la vera natura della realtà dell'universo (ossia la sua inconsistenza, la sua qualità effimera, simile a un arcobaleno o un miraggio... e su questo ci sarebbe da dire molto, perché la fisica attuale, quantistica, è arrivata a conclusioni spettacolarmente simili sulla natura dell'universo), ma lo fa invece apparire come solido, reale, consistente, e induce gli esseri a desiderarlo, in tal modo tenendoli aggiogati nella matrice;
  • il modo per uscire dal samsara è quello di "ripulire" la percezione sensoriale, affinarla, con la meditazione e lo yoga, per rendersi in grado di vedere la realtà per quello che è, e rompere quindi l'incantesimo di Maya;
  • una volta che la percezione si fa limpida, si percepisce la natura per quello che è, e ci si "risveglia", ci si "illumina", come appunto fece il Buddha (epiteto che si traduce appunto come "il risvegliato");
  • per affinare la percezione sensoriale bisogna dedicare tutte le proprie energie alla procedura necessaria a questo affinamento, e cioè alla meditazione.
I legami familiari, gli affetti, e anche il solo sesso fine a sé stesso, sono degli ostacoli in questo senso, perché impiegano le energie mentali che dovrebbero essere dedicate integralmente alla meditazione, e le sviano dirigendoli al piacere dei sensi.

Questo piacere non è un peccato, come nella tradizione cristiana, non è un'offesa a un dio... niente di tutto questo. La ragione è molto più tecnica: è una "distrazione", nel senso letterale del termine, cioè un dis-trarre qualcosa, un attingere a qualcosa, che è l'energia mentale, e convogliare questo qualcosa verso l'appagamento sensoriale.

Quindi, in conclusione, la sessualità, così come i legami affettivi che spessissimo ne derivano, non sono adatti alla vita di un samana, perché nella migliore delle ipotesi lo "distrarrebbero" dalla pratica assidua e dura della meditazione, togliendogli tempo prezioso per dedicarsi all'affinamento della propria percezione sensoriale.

Il sesso non è un male, anzi è un piacere, e il Buddha affermò che se non vi fosse stata una via di fuga dalla matrice del samsara il sesso sarebbe stata l'unico, tra i piaceri di questa dimensione, in grado di portare una misura decente di consolazione agli esseri intrappolati nella catena dolorosa di nascita-e-morte.

Tuttavia, siccome per fortuna il modo di evadere dal samsara e dalla natura condizionata e di accedere alla dimensione naturale dell'Assoluto, dell'Incondizionato, esiste, e passa attraverso l'affinamento della nostra percezione sensoriale, questo affinamento stesso rende necessario raccogliere tutto il proprio impegno, tutto il proprio tempo e tutta la propria energia, e il sesso renderebbe nella migliore delle ipotesi questo sforzo "meno efficace".

In conclusione, dedicarsi al sesso, e agli affetti, che sono tra i piaceri sensoriali che per loro natura più tendono a "catturare", a intrigare, a conquistare le persone, toglierebbe tempo ed energia alla pratica della meditazione, che è l'unica via verso l'evasione dal ciclo di nascita-e-morte della dimensione condizionata della natura, ovvero dal miraggio di Maya. Evadere da questa matrice naturale effimera e che tuttavia ci tiene saldamente catturati, al punto che i più nemmeno ne hanno coscienza, e arrivano a pensare che questa sia l'unica dimensione reale nell'universo...

Evadere da questa matrice è estremamente difficile, e possibile solo con uno sforzo acuto e prolungato, tramite la meditazione. Questo è quello che sosteneva il Buddha.

E' per questo che fino ad oggi è stato mantenuto l'obbligo della castità per i monaci buddhisti, che sono i samana dei giorni nostri. Esseri umani per i quali la "liberazione" dal samsara è il primo obiettivo, e non possono esserci distrazioni, perché altrimenti la via da percorrere diventerebbe insopportabilmente più lunga e tortuosa.

Sul caso Englaro...

(da un amico)

Non so come la pensiate voi, ma a me fa skifo essere cittadino di un paese in cui manca una legislazione in tema di diritti dei morienti, e dove la materia sia lasciata ai diktat del vatikano..

Secondo me è indegno quello che sta succedendo.. Penso che in questo caso la "difesa della vita" e l'agire "secondo natura" avrebbero imposto fin dall'inizio, 17 anni fa, di lasciare in pace quel povero corpo, di lasciarlo morire. L'accanimento terapeutico di questi 17 anni è stato esso stesso un'offesa alla vita. Una persona dovrebbe avere il diritto di morire in pace, e anche quello di decidere se e come morire.

L'atteggiamento dei cattolici mi pare una specie di feticismo dell'attività vegetativa del corpo, un feticismo idiota e contorto mascherato da parere spirituale. La nostra società ha rimosso la morte, le ha tolto dignità e significato esattamente nello stesso modo in cui l'ha tolto alla natura e alla vita. Che senso ha tenere forzatamente attaccata a una macchina una persona ridotta a vegetale a causa di danni irreversibili per 17 anni, posticipando la morte anno dopo anno? Non sarebbe più logico lasciare che la natura faccia il suo corso e lasciare quel corpo al suo destino? La Chiesa in tema d'eutanasia sta legittimando paradossalmente proprio le istanze più materialiste e ostili alla natura della nostra società.

Amen